Ay esta nochecita de san Juan que tanto se resiste a la oscuridad. Ha sido largo el día y buena parte de él se me ha ido en poner notas y en clasificar muchachos, en una contribución más a este modelo en el que ando inserto sin demasiadas ganas. Examinar, clasificar, ordenar según el sistema… No estoy seguro de que esto sea exactamente educar.
Voy a dejar hablar hoy también a otra persona, al pensador Michel Foucault: “El examen combina las técnicas de las jerarquías que vigilan y la de la sanción que normaliza. Es una mirada normalizadora, una vigilancia que permite calificar, clasificar y castigar. Establece sobre los individuos una visibilidad a través de la cual se los diferencia y se los sanciona. A esto se debe que, de todos los dispositivos de disciplina, el examen se halle altamente ritualizado. En él vienen a unirse la ceremonia del poder y la forma de la experiencia, el despliegue de la fuerza y el establecimiento de la verdad…” Pues eso, que de exámenes, de notas y de clasificación. ¿Para qué? Pues para que el sistema siga como está. Y no está demasiado bien precisamente.
La última hora de la tarde me volvió a llevar a una reunión en la que comprobé otra vez que no es fácil que la gente ordene sus ideas en función de los demás y del sentido común. Andamos tras un proyecto de futuro para esta ciudad estrecha y no sé si saldrá adelante. Hay poca agilidad y escasa participación. Yo ya les he dejado mi modelo y mi aportación. Veremos qué pasará en los próximos meses.
Y anda cuajando en mí la concreción de un poemario que recorrería las principales ideas de algunos de los filósofos más importantes de la historia. El esquema lo tengo, me falta ponerme a ello. Ya estoy viendo el peligro de racionalizar demasiado los poemas, pero quizás merezca la pena correr ese riesgo. Sería como repasar un esquema filosófico desde los versos y con los vericuetos y las libertades propias de la poesía. Cada vez me tienta más la filosofía, cada día leo más de ese palo; nada tendría de especial que lo encarara desde esa vertiente. ¿Lo haré? Tengo casi elegido el grupo de filósofos que me harían compañía.
Veo pasar a un numeroso grupo de jóvenes por debajo de mi casa. Van camino del río en este puente viejo de ahí mismo. Inmediatamente antes de llegar, se desvían hacia la ladera y se pierden en la noche. Es la noche de san Juan. Ay la noche de san Juan.
martes, 23 de junio de 2009
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1 comentario:
Antonio, manos a la obra, decidete que ya estas tardando, ánimo!!!!.
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