miércoles, 10 de junio de 2009

UN POCO MÁS DE RES PÚBLICA

De modo que, retomando ese asunto de las elecciones europeas -o cualquier otro de representación y de actuación pública, que son todos- vengo a reivindicar algún representante que se afirme y se sustente en el sentido común y en las ideas, o sea, en un poquito de capacidad para la abstracción y para el olvido del personalismo y de la obsesión por ganar y vencer al contrario para ponerse en su lugar.

¿Cuántos de estos tipos han leído a Platón, por ejemplo? Mira que las lió este tipo, que se podrían expresar argumentos en contra y a favor de lo que defiende. Pero hace ya dos mil quinientos años que nos dejó dicho que como mejor se podía uno preparar para la vida política era estudiando y preparando un espíritu desinteresado desde la filosofía. ¿Cuántos de estos artistas andan ligerillos en abstracción y en jerarquización de ideas. La filosofía, al menos desde Platón, nació ya con vocación política, o sea de actuación pública. Pero para la totalidad, no para el líder de pacotilla al que todos lo miran y lo ensalzan hasta niveles planetarios. Qué necedad, que estulticia, que tontería, qué vacuidad.

Quiero saber qué pueden decir dentro de dos días los que se vean afectados en forma negativa por la legislación que quiera tratar a cada trabajador según la situación jurídica de su país de origen, por ejemplo. Me interesaría saber en qué lugar coloca cada formación política al ser humano como tal y no como producto que se mueve en el sistema según sus intereses y a costa de los otros.

Aristóteles -otros 2500 años para atrás- nos dejó ya dicho aquello del ser humano como animal racional y político. ¿Quién defiende eso? ¿Adónde van estos mindundis con su oquedad mental? ¿Habrá generosidad y reaños desde la izquierda europea para plantearse nuevas fórmulas u poquito más crudas y algo más ideológicas? ¿Nadie se da cuenta de que, demasiadas veces, da la impresión de que las políticas son las mismas en un lado que en el otro? ¿Nadie quiere gritar que arreglar una tubería se hace lo mismo en una tendencia que en otra pero que no es lo mismo llevar el agua a todos que llenar solo piscinas en los barrios ricos? ¿De qué puede servirnos todo el caudal de información si no somos capaces de seleccionar la importante y la que crea pensamiento? ¿Cuándo le vamos a meter mano al poder del comercio sin tino y a la necesidad de un crecimiento sostenido en el que intervengan muchas más variables que la ganancia y la pérdida? ¿Qué cantan los políticos españoles de ahora? ¿Es que ya nadie piensa? ¿Cómo es posible que la fórmula que ha creado esta situación caótica se reafirme como la mejor y casi la única? ¿Qué sinsentido es todo esto? ¿Hacia dónde caminamos? Arriba la aristocracia. Pero la de la inteligencia, la de la virtud, la del sentido común. No la del dinero, ni la de las cunas, ni la de los dogmas, ni la del miedo, ni la de la resignación. Y mucho menos la del aplauso de los esclavos agradecidos.

1 comentario:

mojadopapel dijo...

Cuanta razón tienes Antonio Turrión!!!...lo dicho, necesitamos una revolución intelectual, y esa no puede venir más que desde el mundo de las ideas y el conocimiento, ahí tú tienes una responsabilidad dura por la parte que te toca, y esa es la base para crear una conciencia social diferente..el objetivo final, producir un cambio en la sociedad.