“Asomaba la Aurora temprana de dedos rosados / y Telémaco, el hijo divino del prócer Ulises, / anudose a los pies las sandalias hermosas, la lanza / empuñó fuerte y grande ajustada a sus manos y, ansiando / verse ya en la ciudad, se volvió hacia el porquero y le dijo: / “Oye, es tiempo que torne al palacio y mi madre me vea, / pues me doy a pensar que no habrá de ceder en su llanto / lastimero y cruel, sus sollozos y lágrimas, sino / cuando esté yo en persona a sus ojos. Mas esto te encargo: / lleva allá a la ciudad tú también a ese pobre extranjero, / que mendigue el sustento por ella y le dé cada uno / lo que quiera, una copa o un pan: con mi carga de penas / yo no puedo atender a quienquiera que llegue.” Odisea Canto XVII.
“Señor con el que danzan el novillo Eros y las ninfas de ojos oscuros y la purpúrea Afrodita, tú que recorres las altas cumbres de los montes, te imploro de rodillas, ven benévolo a mí y escucha mi plegaria grata a ti. Sé para Cleobulo buen consejero y que acepte, oh Dioniso, mi amor.” Lírica monódica. Poetas mélicos.
“Para el caso de “qué es el máximo” hay ejemplos tales como “¿qué es lo más justo? = hacer sacrificios”; “¿qué es lo más sabio? = el número, pero en segundo lugar, lo que pone los nombres a las cosas”; “¿qué es lo más sabio de lo que está entre nosotros? = la medicina”; “¿qué es lo más bello? = la armonía”; “¿qué es lo más valioso? = la sabiduría”; “¿qué es lo más bueno? = la felicidad”; “¿qué es lo más cierto de lo que se dice? = que los hombres son malvados”. Por ello dicen que Pitágoras elogió al poeta Hipodamas de Salamina, quien compuso estos versos: “Oh dioses, ¿de dónde sois? ¿de dónde habéis llegado a ser así? / Oh hombres, ¿de dónde sois? ¿de dónde habéis llegado a ser tan malos?” Filósofos pitagóricos.
a)“Eros es amor de lo bello.”
b) “-¿Y qué será de aquel que haga suyas las cosas buenas?
-Esto ya -dije yo- puedo contestarlo más fácilmente: que será feliz.”
c) “-Pues no te asombres -dijo-, ya que, de hecho, hemos separado una especie particular de amor y, dándole el nombre del todo, la denominamos amor, mientras que para las otras especies usamos otros nombres.”
d) “Lo que los hombres aman no es otra cosa que el bien.”
e) “-Entonces –dijo-, el amor es, en resumen, el deseo de poseer el bien.”
f) “El amor es también amor de la inmortalidad.”
g) “Pues esa es justamente la manera correcta de acercarse a las cosas del amor o de ser conducido por otro: empezando por las cosas bellas de aquí y sirviéndose de ellas como de peldaños ir ascendiendo continuamente, en base a aquella belleza, de uno solo a dos y de dos a todos los cuerpos y de los cuerpos bellos a las bellas normas de conducta, y de las normas de conducta a los bellos conocimientos, y partiendo de estos terminar en aquel conocimiento que es conocimiento no de otra cosa sino de aquella belleza absoluta, para que conozca al fin lo que es la belleza en sí.” Palabras de Sócrates en El Banquete.
“Pero el que la masa debe ser soberana más que los mejores, pero pocos, puede parecer una solución y, aunque tiene cierta dificultad, ofrece quizá algo de verdad. En efecto, los más, cada uno de los cuales es un hombre mediocre, pueden, sin embargo, reunidos, ser mejores que aquellos, no individualmente, sino en conjunto. Lo mismo que los banquetes, en que han contribuido muchos, son mejores que los sufragados por uno solo. Al ser muchos, cada uno tiene una parte de virtud y de prudencia, y, reunidos, la multitud se hace como un solo hombre con muchos pies y muchas manos y muchos sentidos; así ocurre también con los caracteres y con la inteligencia.” Aristóteles en su Política.
“Él nos capacitó como ministros de la nueva alianza, no de la letra, sino del espíritu, que la letra mata, pero el espíritu da vida.” Carta de san Pablo a los Corintios.
“Me parece igual a los dioses aquel varón que está sentado frente a ti y a tu lado te escucha mientras le hablas dulcemente y mientras ríes con amor. Ello en verdad ha hecho desmayarse mi corazón dentro del pecho: pues si te miro un punto, mi voz no te obedece, mi lengua queda rota, un suave fuego corre bajo mi piel, nada veo con mis ojos, me zumban los oídos,… brota de mí el sudor, un temblor se apodera de mí toda, pálida cual la hierba quedo y a punto de morir me veo a mí misma.” Versos de Safo.
“Cielo purasangre / Dedos que se llevó un riachuelo / Pasado por el sueño // Entre las verdes hojas de laurel / Desnuda yace la mañana.” Odysseas Elytis.
Escucho de fondo música ortodoxa (Philippolis : Laudamus Deum), Allá, en el fondo, diviso algún monasterio entre las rocas; más allá, adivino el Partenón.
viernes, 26 de junio de 2009
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2 comentarios:
Buenos días, D. Antonio Gutiérrez Turrión:
Vengo de leer a José Hierro y me ha dicho que "...hay que hablar, comunicar, con las piedras, con el viento...
Luego usted, con Telémaco. Ay, ¡el mío, mi pequeño!.
Y el Laudamus Deum, lo he escuchado un momento, y lo he cambiado por otro video no muy afortunado, en Youtube, con palabras de Aristóteles, pero con música de mis recuerdos.
Saludos. Gelu
P.D.: Les deseo buen viaje, sobre todo en su visita a los monasterios de Athos, donde la vida humana, de haberse extendido de los monjes ¿su pensamiento?, se habría extinguido, desde hace más de un milenio.
Sentirás retumbar en tus oídos y en tu corazón todo lo leído, os envolverán fantasmas cuando piséis las mismas piedras y viviréis un momento mágico porque sabéis apreciarlo.
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