viernes, 29 de agosto de 2008

DE FIN DE SEMANA

También hoy es fecha especial pues empiezo a sentir como cierto que estoy de fin de semana y no de vacaciones. El lunes volveré a notar las aulas en forma de exámenes y entenderé que la realidad inmediata cambia y que el ritmo del tiempo se modifica.
Los que tenemos vacaciones largas las sentimos por partes. A mí al menos me pasa. No tengo ninguna conciencia de vacaciones en julio sino de descanso y de olvido. Agosto me trae otro tufillo pues empiezo a pensar y a ver imágenes del pasado y del futuro entre las aulas, saboreo los días como días especiales y comparo con lo que pasa por ahí fuera.

Qué injusta es la vida en esto del descanso. Soy un gran privilegiado también en este campo. Cuántas personas se tragan el calor en el trabajo. Y yo mirando al cielo. Cuánta gente se queda en su casita por no tener horas libres de las que disponer. Y yo con tanto tiempo, aunque no me haya movido este verano de los contornos próximos. Cuánta gente sin un rato para dedicarlo a sus asuntos personales. Y yo con tantas horas para poder pensar, leer y escribir páginas. Cuántos seres deprisa y sin descanso para lograr al fin un rato libre con el que contrastar tantos esfuerzos. Y yo mirando el horizonte con calma y sin zozobra. Quiero decir de esta, de la de andar pendiente del pan de cada día. Porque la otra me asalta con demasiada fuerza y me desvela y cansa por no dejarla sola y en el ángulo oscuro. ¿Explicará en parte esto la pachorra de tantos enseñantes que se empeñan en sacar pecho repleto de exigencias, sin rastro de deberes que nivelen sus días? ¿Es tan extraño levantar la vista y entender que la vida es injusta también en estos casos? ¿O es mejor, por instinto, esconder la cabeza debajo del ala y aguardar que la historia la cambie el más forzado, el de peor situación, y estar callados como refugio oscuro y egoísta?

Las calles siguen llenas de coches y de gentes que van a ningún sitio, como todos, como yo mismo. Pronto se verán menos angustiadas, todo volverá al ritmo más cansino, o acaso más sabroso. Voy a hacer ejercicio para ponerme en guardia. Que no me coja todo de improviso. Venga, vamos a ello.

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