Hay asuntos que pasan casi desapercibidos y que, sin embargo, para mí tienen mucha importancia. Los indicios permiten conocer la existencia de otros hechos no percibidos a simple vista. Ya se sabe, se escapa, algo de culpa tiene; humo, indicio de fuego... Vamos a lo que vamos.
La derecha de este país ha proclamado, viva voce, por aclamación y entre aplausos de opereta, o sea, de aquella manera autopostulada, a su candidato a la Presidencia del Gobierno para las próximas elecciones. Que nadie se preocupe ni se escandalice demasiado porque del otro lado tendremos pronto una sesión parecida. El caso es que el casi autoproclamado guía y salvador (¿Os imagináis que a alguien se le hubiera ocurrido levantar la voz para insinuar que él también quería presentarse a unas votaciones?)se ha apresurado a recriminar y a exigir obediencia plena a un único mandato. "Lo único que importa es ganar. Lo demás no interesa." Son palabras casi textuales. Creo que no anda lejos del sentido común -único mundo en el que yo creo, junto con el de la buena voluntad- una pregunta inmediata: Ganar, ¿para qué? Si todo lo hemos fiado a la lucha y a los vencidos y vencedores, no es extraña esta reacción, porque les va la vida en ello. Lejos de la victoria o de la derrota no hay nada, solo el vacío, la humillación, el abandono, la miseria; y, en la otra parte, la vanidad, la imposición, el ordeno y mando, el cállese usted, la ignorancia del contrario, el apalstamiento. !Ay la ideología, esa señora desconocida y altiva! Da toda la impresión de que eso de tener ideología es como tener una piedra de Plutón o algo así. Uno cree que el camino lógico es el siguiente en esquema. El ser vive y, a través de sus sentidos, recibe impresiones. Después las ordena y las analiza, y, entonces, saca conclusiones. Cuando ordena estas conclusiones, ya tiene una visión genérica del mundo. ¿Acaso no es esto una ideología? Pues, a partir de ahí, esa ideología tiene que revertir en el mantenimiento de la vida o en su modificación, y, entonces, viene la acción política. Cuando se trabaja en esa acción política -en partidos o fuera de ellos, esto no es lo más importante- hay que retroalimentarse con la ideología y con los conceptos filosóficos en los que se basa; solo de esa forma será duradera y rocosa.
¿Quién ve esa forma de actuar en los partidos? !Si todo está pensado para el minuto siguiente y para la demagogia simultánea? !Qué manera de degradar el pensamiento! ¿No entendéis ahora que, en los medios y en la calle, todo se nos va en aplaudir al que ha dado una paliza al adversario y en denostar al que anda por el suelo? ¿No entendéis ahora la forma de actuar de medios como El Mundo que dedica todos sus esfuerzos a crear héroes para después tumbarlos a la arena y cobrar a los esspectadores en forma de ventas o de publicidad? ¿Para cuando la lucha de las ideas? ¿Para cuándo los ciudadanos críticos y con la cabeza levantada? Me gustaría que en mi izquierda al menos no se olvide algún recuerdo para la ideología y que de vez en cuando se escuche a quien quiera exhibirla. Aunque moleste. Y aunque cueste retirar de los puestos de la pasta y de la vanidad a tantos que no la conocen ni en el índice. Vale.
Una confidencia. Ayer puse rostro a Alba. La conocía pero no ajustaba su nombre a su figura. Me emocioné. Un beso.
domingo, 16 de septiembre de 2007
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3 comentarios:
Antonio: totalmente de acuerdo.
Abrazos,
Diego
Cuando estás atinado, tío, lo bordas.
Un placer esta entrada... y una triste utopía detrás de ella.
Por cierto, Antonio, qué fue de la utopía aquella de la que tanto se hablaba en los setenta... da la sensación de que ese término pasó de moda... con lo que a mí me gustaba.
Enhorabuena y un besote
Esa izquierda que sigues,por lo menos a la que votas,es igual en "la carrera al poder",que esa derecha "neo-yoquese y pluraqueseyo" que algunos tanto presumen de ella.Todo vale-vale todo...seamos realistas,la izquierda no esta acostumbrada al poder....y cuando lo recibe se envenena.....en fin...
Grandes pensamientos...dificil solucion...ojala no sea una utopia como bien dice Pipe.
Besos.pa que luego digas que no escribo ná.
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