jueves, 27 de septiembre de 2007

NEMO PROFETA IN TERRA

Creo que la frasecita tiene su intríngulis y su mucha parte de verdad. Casi todos tendemos a dar importancia a todo aquello que nos viene de fuera y a dejar en stand by lo que nos rodea; como si lo tuviéramos ahí a disposición y presto para echar mano de ello en cualquier momento y, por tanto, no hiciera falta considerarlo. Me parece una injusticia muy notable.
Alguna razón tiene que haber para que esto se cumpla con tanta frecuencia y con tanta evidencia. Seguramente todo lo que es novedoso, o en su caso raro, por poco repetido, nos vislumbre y nos atraiga con los señuelos de la novedad. Acaso. Pero somos muy injustos y muy poco razonables.
Seguramente yo también me deje fácilmente llevar por el vislumbre de lo alejado, aunqe he pensado muchas veces en lo arbitrario que resulta. Y lo hacemos en tantas ocasiones... Lo hacíamos en la edad del pavo cuando cualquier muchacho o cualquier muchacha que procedía de otro lugar estaba dotado para nosotros de un plus positivo sin sentido; lo hacíamos cuando íbamos a la universidad y volvíamos a casa, como si hubiéramos descubierto el nuevo mundo; lo hacemos con cualquier amistad que ande lejos frente a las que nos rozan a diario; lo hacemos cuando juzgamos una creación lejana frente a una cercana;lo repetimos cuando reverenciamos, o casi, a gente que tiene puestos públicos y nos olvidamos de los valores del hombre de a pie; lo hacemos... casi siempre.
Y al lado tenemos a los que nos soportan, al lado tenemos a todos aquellos con los que compartimos día a día, gozo a gozo y dolor a dolor; al aldo tenemos a gente con enorme valía velada por la repetición y la evidencia continua; al lado tenemos a los que nos configuran como seres pues en ellos somos y en ellos estamos; al lado se mueve la gente que es como nosotros, gente a la que vamos a acudir en los momentos de necesidad, que siempre serán muchos; al lado están nuestras cosas, las que más nos tendrían que interesar.
Creo que soy relativamente consciente de este hecho y que tengo mucho que mejorar en su tratamiento´. Me duelen ciertas actuaciones que no entiendo, algunas en gente de la que espero siempre bastante más.
Lo que sucede en el nivel individual se reproduce en el nivel colectivo. Un ejemplo: ¿Cuántas personas y grupos de personas existen en la ciudad de Béjar sin ser "explotadas" para la comunidad en todos los niveles? Considerad el nivel cultural por ejemplo y decidid. Y lo mismo el musical, el político o cualquier otro. Incluso el familiar o el de las amistades.
Y todo ello sin aldeanismo y sin miradas tontas al hombligo.

1 comentario:

Unknown dijo...

Es cierto, llevas toda la razón no miramos con ojos de interés u observadores lo cercano que nos rodea, la observación va unida a lo novedoso, lo que acostumbras a ver diariamente es eso, visto pero no mirado, la acción de mirar es poner todos los sentidos en la percepción completa, lo hacemos cuando conocemos una nueva ciudad o escudriñamos a alguien que nos presentan. Es una injusticia total,a veces,ignoramos o se hacen invisibles personas cercanas que diariamente nos aportan mucho, pero es tan dificil "mirar con otros ojos", los ojos de la no costumbre.