viernes, 19 de marzo de 2010

EL DÍA DEL PADRE

Deben de ser seguramente mis neuronas que, como casi siempre, andan distraídas, divagando y perdidas no se sabe dónde. Es más, deben ser mis neuronas, tienen que ser: de la posibilidad (con de) a la obligación (sin de): no puede ser que tenga razón frente a tanta diferencia de trato y de criterio.

Hace algunos años, esta fecha se nos iba en propagandas de todo tipo para darle fanfarrias a eso que llamábamos “el día del padre”; ahora mismo no oigo nada al respecto en los medios de comunicación, esos que -¿habrá que repetirlo otra vez?- forman y conforman la opinión y la escala de valores de cualquier comunidad. ¿Tanto ha cambiado la sociedad? Sospecho que no, que estamos en uno de esos tiempos muertos que marcan variación de tendencia para, al cabo de cierto tiempo, volver sobre los mismos pasos y sobre las mismas modas, cambiando, claro, lo que haya que cambiar, que el tiempo no se para.

Pues a mí me sigue interesando la figura del padre y me parece que esta sería una buena fecha para dedicarle esfuerzo, investigación, descripción y doctrina al asunto. Ni es el sitio, ni tengo espacio, ni seguramente capacidad para ello; pero quiero reivindicar, como tantas veces, en esquema reducidísimo, la apertura de algunas ventanas por si alguno (yo mismo podría ser el primero) se quiere asomar a ellas y mirar al campo. Ahí tienen un espacio enorme todos los medios de comunicación que dicen practicar investigación. Y tienen un inmenso horizonte de reflexión aquellos que son los principales destinatarios de estas páginas, empezando por mis hijos. ¿Cómo saldré yo en esas reflexiones? Espero no salir del todo mal parado.

Me interesa la figura del padre como engendrador de vida, como paterfamilias, como patriarca, como modelador de conductas, como regulador de pequeñas sociedades familiares, como segunda parte de un dúo que tiene que empujarse cada día, como sujeto que vierte en los hijos las aspiraciones que han sido antes personales, como ejemplo directo de conductas, como templador de gaitas, como censor de cuentas y de actividades, como ser que aplica razón y que, con mucha frecuencia, también aplica buena voluntad, como ser egoísta pero un poco menos en estos campos de la paternidad, como individuo que tiene la obligación de estar pero no estar a la vez, como participante que tiene que saber retirarse a tiempo y en el momento oportuno, como ser con experiencia que tiene que guiar pero a distancia, como persona que tiene que ir diluyéndose continuamente hasta quedarse en poco, como poste que sigue ahí en cualquier tormenta, como metáfora y símbolo de todo lo que abarca la convivencia de bueno y de menos bueno, como…

Y de todo lo contrario, por supuesto.

Qué difícil es esta tarea, qué apasionante y qué adicción crea. ¿Alguien conoce a algún padre que se haya cansado de serlo?

De la lista limitada de tareas que he enumerado antes, cualquier elemento me deja perplejo y asustado. Los que menos me interesan son los primeros. Me parecen más apasionantes los demás. Hoy estas líneas no salvan un minuto; me sumergen en un mar de imágenes durante todo el día. ¿Qué tal cumpliré y habré cumplido esta tarea tan emocionante? Tendríamos que hacer algún aparte tranquilo con nuestros hijos para evaluar y para ser evaluados. Y para mejorar. Y para pasar de curso. Y para recordar con emoción los cursos anteriores en los que fuimos alumnos.

Luego ya viene eso del regalo, y lo de la comida en no sé qué sitio, y El Corte Inglés, y todas estas tonterías al uso. Pero eso ya no es de esta guerra; no es de mi guerra.

2 comentarios:

mojadopapel dijo...

Cuando te atreves a preguntar e incluso a formular autocrítica paternal ante tus hijos,puedes encontrar sorpresas...la mía fue muy agradable y plena de satisfacción ¿y sabes qué?...esto que hacemos diariamente,las palabras que escribes sobre ti y todo lo que nos rodea es un bagaje muy importante para que conozcan profundamente no solo al Antonio padre sino al Antonio persona.

Juan Pablo Gutierrez Garcia dijo...

Como Padre?!?!....creo que a la vista esta,no?....
Habitualmente el fracaso o acierto de una persona como padre se ve reflejado en sus hijos,en la personalidad, en los valores que procesan...y no es por echarme flores personalmente pero creo que no lo has hecho nada mal PAPA....
Hemos y seguimos teniendo nuestras diferencias...(MUCHAS en realidad)...que nos han llevado a etapas malas...MUY malas...pero creo que eso nos ha unido si cabe un poco mas...
'Qué tal cumpliré?', te preguntas...creo que ya lo has echo...ya esta superado...ahora llega una nueva etapa...la de ABUELO...en la que debes conseguir que los valores inculcados a tus hijos, ellos se los infundan a los suyos...

Un beso PAPI.

PD:I continue trying to be a good person