viernes, 20 de mayo de 2011

"!SUÉÑANOS, DIOS DE NUESTRO SUEÑO!"

Hoy solo haré de amanuense, o sea, de notario. No cobraré ni un euro. Estoy cansado y es media noche. Me hago fedatario de la idea que sustentan estas palabras de Unamuno en su obra “Vida de don Quijote y Sancho", aunque no le haga la venia a todos los elementos: Hay poema en escorzo. Ya ha habido otros. Pero eso será otro día. Anoto:

“!La vida es sueño! ¿Será acaso también sueño, Dios mío, este tu Universo de que eres la Conciencia eterna e infinita? ¿Será un sueño tuyo?, ¿será que nos estás soñando? ¿Seremos sueño, sueño tuyo, nosotros los soñadores de la vida? Y si así fuese, ¿qué será del Universo todo, qué será de nosotros, qué será de mí cuando Tú, Dios de mi vida, despiertes? ¡Suéñanos, Señor! Y ¿no será tal vez que despiertas para los buenos cuando a la muerte despiertan ellos del sueño de la vida? ¿Podemos acaso nosotros, pobres sueños soñadores, soñar lo que sea la vela del hombre en tu eterna vela, Dios nuestro? ¿No será la bondad resplandor de la vigilia en las oscuridades del sueño? Mejor que indagar tu sueño y nuestro sueño, escudriñando el Universo y la vida, mejor mil veces obrar el bien,
Pues no se pierde / el hacer bien, aun en sueños.
…!Suéñanos, Dios de nuestro sueño!"

Y ahora, al sueño biológico. ¿O acaso es también otro sueño más?

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