QUE QUIERO CONVIVIR CON ESE OLVIDO
La balada del humo por tus ojos,
transparentes y límpidos, me acerca
a una sesión fatal de sincretismo
y me regala un guiño de aventura
viajando hasta el confín del más alegre sueño.
Cada tarde observaba mi abandono
y mi muerte segura en estación confusa
como muere el olor de cualquier rosa
entre los dulces pliegues de algún cuello
que lucha y que perece
en el fragor perdido de cualquier batalla.
Hoy me ha vuelto la flor de tu sonrisa
como un río de espuma navegable,
como un canto de olas en un playa inútil, solitaria,
que rompen sin sentido contra el acantilado
o dejan sus murmullos inservibles
besando las arenas que duermen en la orilla.
Y juro que me pierdo entre tus humos
y entre la luz febril de tu sonrisa,
que no quiero buscarme ni encontrarme,
que quiero convivir con ese olvido,
que quiero que tu boca me proteja
y acepte sin preguntas mi presencia.
domingo, 16 de enero de 2011
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