sábado, 15 de enero de 2011

AUNQUE NO SE ME ENTIENDA

Mi nueva situación me permite distribuir el tiempo un poco más a mi manera. Solo un poco pues aparecen obligaciones por todas partes. O yo me las busco, que tal vez también eso sea muy cierto.

A eso del mediodía acostumbro dar un paseo por el parque municipal. Es estupendo algo tan sencillo como estirar las piernas, inundarse de sol o de viento y ojear la sociología que se mueve por ese jardín público. Ayer mismo lo hacía al amparo de ese solecito de enero que empieza a dar un poco de confianza y que abre un poco el camino de los ánimos, en espera de mejores tiempos, de días más largos y de paseos más extensos.

Alguna ocupación me llevó a la calle Mayor y, en una de sus tiendas papelería, vi expuestos los periódicos del día. Enseguida me llamó la atención uno de ellos por el titular, que, más o menos, decía así:”En las principales poblaciones de la provincia repetirán los mismos candidatos en los dos partidos principales”. Se refería a las ya próximas elecciones.

Tuve ocasión de mirar las páginas interiores en un local próximo. Se glosaba en ellas la noticia de la portada. Me interesé por lo que se decía de Béjar y leí que el PSOE presentará a Cipriano González como cabeza de lista a las próximas elecciones municipales y que el PP hará lo mismo con Alejo Riñones. Me quedé muy sorprendido. ¿Mucho? Desde la lógica, mucho; desde la realidad cotidiana, no tanto. ¿Por qué?

No tengo ni idea de cómo funcionan los mecanismos internos del PP a la hora de seleccionar a sus candidatos. De esa parte solo me importa que sean lo más democráticos y participativos posible, por lo que todos nos jugamos. Pero es que, de la parte del PSOE, me importan, además de su actuación participativa y democrática, sus ideas sociales pues yo comparto muchas variables. Vamos, que estoy más interesado si cabe en que su actividad sea más fluida y más comunicativa.

No puedo dar noticias de cómo se ha actuado en el PP, pero sí puedo dar fe de que en el PSOE no se ha contado, hasta el momento, con su militancia. Y parece lógico que, aparte minucias estatutarias, que bien pueden dormir en el cubo de la basura y que yo no conozco en la literalidad, el camino se ande en la dirección más correcta. La dirección buena indica, desde el sentido común, que debe ser la dirección de cada agrupación la que favorezca el clima de participación de todos los componentes, que sean estos, en ese clima abierto y favorable, los que elijan a sus candidatos cabecera de cartel, y que, entre todos, busquen los mejores acompañantes para sus listas. Los comités de listas provinciales o regionales solo tendrían que ratificar administrativamente lo que en las bases se haya elegido. A partir de ahí, todos a trabajar por los ideales comunes, que son los que tendrían que importar, más que las personas que los concretan y que los hacen visibles, aunque estas deberían ser siempre las mejores y las más valiosas.

Faltan muy pocos meses para las nuevas elecciones y -sigo hablando del PSOE-, a día de hoy, todo sigue en calma chicha, en stand by, en silencio o en pequeño corrillo, al menos que yo sepa. Y los periódicos ya lo dan todo por hecho. Y, repito, apenas queda tiempo para nada.

¿Qué puede hacer un grupo que no se dinamiza y que no se abre a la participación, que acumula su actividad sobre todo en la acción de gobierno, sin tener en cuenta que la vida es mucho más amplia que esa función, y que hay muchas más personas de las que se podría pedir mucho más?

No soy precisamente el mayor defensor de la prensa provincial, pero tampoco creo que todo se lo inventen. Quiero decir que, aunque anuncien como hecho lo que tal vez no esté del todo atado, seguro que el río ya ha mostrado el color de sus aguas y ha producido algún ruido como señal de que realmente lleva esas aguas por sus cauces.

No tengo ninguna información de nadie que tenga intenciones de presentarse como impulsor de ninguna candidatura en el PSOE. Y yo mucho menos, por supuesto. No hablo aquí de personas sino de métodos, de formas de actuar. Y de las consecuencias negativas que pueden acarrear, que no se adivinan precisamente muy positivas.

Tampoco me interesa condenar a nadie porque no estoy en las intenciones de ninguna persona, y para mí las intenciones son fundamentales y pueden hacer olvidar cualquier fallo. Pero es que esto se repite con demasiada frecuencia. Y no es bueno, no, no es bueno.

También sé que es frase muy manida aquella de que “los trapos sucios se lavan en casa”. Ya, y, mientras tanto, todo sigue en el mismo plano y a la misma velocidad, todo se deja a la inercia y, cuando no hay más remedio ni tiempo, se cumple con la formalidad para que todo siga lo mismo, con la fuerza de la inercia y con los mismos puntales sosteniendo el puente. Y ya de los niveles de candidaturas y de elecciones regionales ni siquiera abro el tarro de las esencias.

Me interesa la reflexión para cualquier agrupación, pero miro sobre todo a la de Béjar. Creo además que hay gente que no perdería nada con esa apertura; más bien estoy seguro de que apuntalaría su situación y su confianza en la actividad que lleva a cabo. Y, si no fuera así, tampoco pasaría nada. Que la vida es mucho más amplia y variada que todo eso.

Hoy pasearé de nuevo otro ratito por el parque de Béjar. ¿Habrá noticias frescas?

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