SE DESVANECE EL MUNDO DE NOSOTROS
Era la tarde lenta y solitaria,
con la sonrisa azul del horizonte
y algún aroma púrpura y celeste.
No supe los caminos ni los tiempos
en los que me perdí completamente.
Los aires no sonaban ni las plantas
se acordaban de mí. No oía mi nombre,
aquel que en otras tardes salmodiaban,
ni mis brazos sellaban la distancia
entre mi corazón y el dulce encanto
de lo que me acogía entre sus brazos.
Y fue la hora exacta en que, en sigilo,
se desvanece el mundo de nosotros.
Ya nadie me miraba ni me oía,
el aire no tocaba los poros de mi cuerpo
ni gustaba el olor de mi desnudo.
Qué olvido en el olvido del olvido,
qué desvanecimiento cruel y bárbaro,
qué sensación de cero inexistente.
Fue la hora del ansia y de la angustia,
fue el vértigo en hoguera y en cascada,
fue la zozobra intensa y el tormento.
¿Por qué, naturaleza, me olvidaste?,
¿por qué ahoyaste la nada en mis despojos
y no fuiste siquiera ni mi aliento?
Acógeme en tus ecos nuevamente,
sé conciencia de mí, dame un espacio
pequeño y escondido en el reposo
de la eterna quietud del universo.
lunes, 16 de mayo de 2011
viernes, 13 de mayo de 2011
PALABRAS PARA ENRIQUE HUERTAS
He asistido esta tarde al homenaje que el IES Ramón Olleros ha dedicado en memoria de nuestro compañero Enrique Huertas Talón, fallecido hace algún mes. Me hubiera gustado que todo hubiera quedado circunscrito al ámbito académico. No fue así y elementos sociales y con ribetes políticos (son días de campaña y elecciones) lo llenaron todo de gentes a las que yo no veía en su sitio natural. Cada cual sabrá lo que hace. Sé también que no era fácil, por parte de los organizadores, acotarlo de otra manera. En todo caso, quien importaba era Enrique y su recuerdo. Yo le dejé en público estas palabras que siguen.
PARA ENRIQUE HUERTAS,QUE SOLO SE DEJÓ VENCER CON LA LUZ DEL DÍA
Se ha anunciado la luz y sé que tú la esperas, como el náufrago aguarda la marea que lo acerque a la orilla salvadora. Y sé también que tienes el empeño de no dejar que la oscuridad te pueda y te anegue en una nube gris y eterna. Las noches te pillaban en vigilia por no querer dar tregua ni ventaja al extraño dominio de lo oscuro. Sé, porque me lo han dicho, que hiciste un gran esfuerzo tantas noches por sentirte despierto, y que tan solo hallabas el reposo cuando estaba contigo la luz de cada día.
Era la luz los días de inocencia, de marchas por las matas y senderos, de pedaladas fuertes en la bici, de bufandas al viento cuando tu equipo levantaba los brazos en forma de victoria, en esas citas tontas -permite que lo diga- que tanto te ocupaban y de las que también sé que un día te desdijiste para dejar la fiesta en calma chicha, en tranquilo contento. Eran la luz los días de instituto, las mañanas en medio de la lluvia o de la voz al viento de todos los alumnos, del taller de tu planta, de aquella planta baja que casi hiciste tuya, de aquellas nuevas aulas en las que tantas horas dejaste dibujadas.
Acaso la luz se atenuaba cuando ibas a la sala, con tantos profesores, donde tu voz bajaba decibelios y se mostraba tenue e incluso se apagaba dejando abierto el paso a los ruidosos ecos de otras voces y daba curso a aquellos crucigramas y sudokus que hacían sitio al silencio de lo que el aire alzaba a algarabía.
Tal vez fuera la luz esos intentos tenues de trasladar ideas o intenciones hasta algunas personas, tan lejos de mí mismo, tan lejos mis ideas de ti mismo. Y, sin embargo, nada producía ni ruidos estridentes ni malas caras nunca ni divisiones fuertes entre las dos miradas.
Era la luz saber que nuestras clases eran solo instrumento para formar personas en esa extraña lucha de la vida, que poco te importaban las sanciones en forma de suspensos o aprobados ni clasificaciones, siempre extrañas, en hacer vencedores o vencidos.
La luz cuajó sus sombras cualquier día sin aportar razones y te obligó a dejar espacios libres, a ocupar los días y las noches en la conciencia lenta de que el camino estaba en cuesta abajo. Y dejaste los claustros, y dejaste los campos, y la luz se quejó desde tu ausencia, y tú siempre quisiste ser amigo de la alta claridad.
Lo demás fue ya más tuyo y menos nuestro, más de propia conciencia y de luchar sin tregua por mantenerte libre en el camino, más de encuentros de entornos familiares, de dolor más patente, de conciencia más clara de que todos los tramos se hacían más angostos.
Y así, en un amanecer como otros tantos, esperando la luz desesperadamente, negándote a marcharte sin la conciencia clara de los días, tranquilo en tu certeza, te dejaste por fin, te hiciste nada.
No olvides que el olvido es otra cosa, que hay otra luz muy nítida, que los demás ponemos con los ojos lo que veló una fecha tu presencia. La muerte es el olvido y la certeza, es la separación, es la ruptura.
Hoy es prueba de todo lo contrario, de que tú estás presente en el recuerdo, de que habitas un sitio donde no tiene fuerzas el olvido. Hoy nosotros pensamos en tu ausencia, en el lugar oscuro que nos aguarda a todos. Y hoy es tarde de luz, también hoy es tu luz, la luz que con angustia reclamabas, pues solo con la luz estuviste dispuesto a darte por vencido. En ese vencimiento iluminado te quiero recordar en esta tarde, pues serás en la luz y la luz será en ti como un barco que sigue el horizonte y se pierde en la tarde, buscando cualquier mundo.
Un abrazo y recuerda también que nuestras luces serán refugio fiel de nuestros sueños.
PARA ENRIQUE HUERTAS,QUE SOLO SE DEJÓ VENCER CON LA LUZ DEL DÍA
Se ha anunciado la luz y sé que tú la esperas, como el náufrago aguarda la marea que lo acerque a la orilla salvadora. Y sé también que tienes el empeño de no dejar que la oscuridad te pueda y te anegue en una nube gris y eterna. Las noches te pillaban en vigilia por no querer dar tregua ni ventaja al extraño dominio de lo oscuro. Sé, porque me lo han dicho, que hiciste un gran esfuerzo tantas noches por sentirte despierto, y que tan solo hallabas el reposo cuando estaba contigo la luz de cada día.
Era la luz los días de inocencia, de marchas por las matas y senderos, de pedaladas fuertes en la bici, de bufandas al viento cuando tu equipo levantaba los brazos en forma de victoria, en esas citas tontas -permite que lo diga- que tanto te ocupaban y de las que también sé que un día te desdijiste para dejar la fiesta en calma chicha, en tranquilo contento. Eran la luz los días de instituto, las mañanas en medio de la lluvia o de la voz al viento de todos los alumnos, del taller de tu planta, de aquella planta baja que casi hiciste tuya, de aquellas nuevas aulas en las que tantas horas dejaste dibujadas.
Acaso la luz se atenuaba cuando ibas a la sala, con tantos profesores, donde tu voz bajaba decibelios y se mostraba tenue e incluso se apagaba dejando abierto el paso a los ruidosos ecos de otras voces y daba curso a aquellos crucigramas y sudokus que hacían sitio al silencio de lo que el aire alzaba a algarabía.
Tal vez fuera la luz esos intentos tenues de trasladar ideas o intenciones hasta algunas personas, tan lejos de mí mismo, tan lejos mis ideas de ti mismo. Y, sin embargo, nada producía ni ruidos estridentes ni malas caras nunca ni divisiones fuertes entre las dos miradas.
Era la luz saber que nuestras clases eran solo instrumento para formar personas en esa extraña lucha de la vida, que poco te importaban las sanciones en forma de suspensos o aprobados ni clasificaciones, siempre extrañas, en hacer vencedores o vencidos.
La luz cuajó sus sombras cualquier día sin aportar razones y te obligó a dejar espacios libres, a ocupar los días y las noches en la conciencia lenta de que el camino estaba en cuesta abajo. Y dejaste los claustros, y dejaste los campos, y la luz se quejó desde tu ausencia, y tú siempre quisiste ser amigo de la alta claridad.
Lo demás fue ya más tuyo y menos nuestro, más de propia conciencia y de luchar sin tregua por mantenerte libre en el camino, más de encuentros de entornos familiares, de dolor más patente, de conciencia más clara de que todos los tramos se hacían más angostos.
Y así, en un amanecer como otros tantos, esperando la luz desesperadamente, negándote a marcharte sin la conciencia clara de los días, tranquilo en tu certeza, te dejaste por fin, te hiciste nada.
No olvides que el olvido es otra cosa, que hay otra luz muy nítida, que los demás ponemos con los ojos lo que veló una fecha tu presencia. La muerte es el olvido y la certeza, es la separación, es la ruptura.
Hoy es prueba de todo lo contrario, de que tú estás presente en el recuerdo, de que habitas un sitio donde no tiene fuerzas el olvido. Hoy nosotros pensamos en tu ausencia, en el lugar oscuro que nos aguarda a todos. Y hoy es tarde de luz, también hoy es tu luz, la luz que con angustia reclamabas, pues solo con la luz estuviste dispuesto a darte por vencido. En ese vencimiento iluminado te quiero recordar en esta tarde, pues serás en la luz y la luz será en ti como un barco que sigue el horizonte y se pierde en la tarde, buscando cualquier mundo.
Un abrazo y recuerda también que nuestras luces serán refugio fiel de nuestros sueños.
miércoles, 11 de mayo de 2011
...SI NO ES MI LEY
“La ley no es la ley si no es mi ley”. Copio esta frase célebre aquí porque me sirve de base para apuntar alguna consideración acerca de lo que tanta llama está produciendo estos días en esta piel de toro y que, según me parece, deja en lugar poco honorable a demasiadas personas.
Desde que el Tribunal Constitucional ha sentenciado el derecho de esa tal BILDU a presentarse a las elecciones para que no se vean conculcados derechos fundamentales de cualquier persona, le viene cayendo encima una pedrea que no la aguantaría ni el mismo Sísifo. Y la pedrea le llega desde cualquier punto del cielo y del infierno. A estos jueces se les tilda de prevaricadores, de vendidos por cualquier plato de lentejas, de tramoyistas de tres al cuarto, de ejecutores de órdenes ocultas, de protagonistas de contubernios y, en fin, de todo lo imaginable en boca de cualquier animal bífido y reptante. A su lado, claro, que esto les interesa mucho más aún, se proclama la existencia de un Gobierno traidor y demonio entre todos los demonios. Tal sarta de improperios viene a crear, otra vez, un clima de desconcierto y de desánimo que no lo levanta ni el mejor prestidigitador.
Esta montaña de opiniones procede de todo el ámbito social, y aparentemente intelectual. Ahí otra vez casi todos los medios de comunicación, con sus periodistas de coro, los más conspicuos representantes de asociaciones y opinadores en general.
Pues, con el peligro de estar equivocado una vez más, vengo a anotar mi discrepancia con tanta opinión emocional y escasamente jurídica. De poco sirve considerar que la libertad de expresión tendría que poseer el límite de la prudencia y del sentido común; de nada estar en la certeza de que, en este país, cualquier sinrazón o insulto verbal queda en el aire volando, como vuelan los vencejos en agosto, o sea, sin ninguna corrección.
¿Es que ni siquiera los miembros de la magistratura van a considerar estos casos desde el nivel jurídico? ¿Acaso los periodistas no llegan a entender que una cosa es la creencia personal y otra, no siempre coincidente, la realidad jurídica? ¿No hay quien haga entender a las víctimas y al ciudadano de a pie que una cosa es la emoción y otra diferente la razón, que no se puede legislar a golpe de talón ni de impulso primario?
La sentencia de legalización de un partido se puede y se debe discutir desde el plano jurídico e incluso filosófico o lingüístico, es decir, siempre desde un punto de vista técnico. De otra manera, estaremos devaluando y alejando de nosotros cualquier atisbo de razón que nos quede. Del mismo modo estaremos ayudando a crear un ambiente negativo y hasta peligroso para la convivencia y para el desarrollo general de la comunidad.
Nadie está obligado a mirar a la cara a estos individuos del mundo denominado BILDU, mucho menos a compartir sus ideas ni sus actuaciones (conmigo al menos que no cuenten para nada). Pero sí a defender sus derechos como seres humanos. Y algo más importante, a intentar atraerlos a la convivencia en lugar de deshacerse de ellos en actitud que desde luego es escasamente humana y sí muy alejada de esa capa moral y religiosa que dicen defender muchos de los que sencillamente quieren su exterminio.
Este país necesita mucha mesa camilla, mucha serenidad, mucha reflexión, mucho temple y, como resumen, mucho sentido común. No podemos seguir gastando casi todas las energías en un solo asunto. Llevamos tanto tiempo en ello que todo nos coge casi agotados. Tal vez un último esfuerzo merezca la pena.
Desde que el Tribunal Constitucional ha sentenciado el derecho de esa tal BILDU a presentarse a las elecciones para que no se vean conculcados derechos fundamentales de cualquier persona, le viene cayendo encima una pedrea que no la aguantaría ni el mismo Sísifo. Y la pedrea le llega desde cualquier punto del cielo y del infierno. A estos jueces se les tilda de prevaricadores, de vendidos por cualquier plato de lentejas, de tramoyistas de tres al cuarto, de ejecutores de órdenes ocultas, de protagonistas de contubernios y, en fin, de todo lo imaginable en boca de cualquier animal bífido y reptante. A su lado, claro, que esto les interesa mucho más aún, se proclama la existencia de un Gobierno traidor y demonio entre todos los demonios. Tal sarta de improperios viene a crear, otra vez, un clima de desconcierto y de desánimo que no lo levanta ni el mejor prestidigitador.
Esta montaña de opiniones procede de todo el ámbito social, y aparentemente intelectual. Ahí otra vez casi todos los medios de comunicación, con sus periodistas de coro, los más conspicuos representantes de asociaciones y opinadores en general.
Pues, con el peligro de estar equivocado una vez más, vengo a anotar mi discrepancia con tanta opinión emocional y escasamente jurídica. De poco sirve considerar que la libertad de expresión tendría que poseer el límite de la prudencia y del sentido común; de nada estar en la certeza de que, en este país, cualquier sinrazón o insulto verbal queda en el aire volando, como vuelan los vencejos en agosto, o sea, sin ninguna corrección.
¿Es que ni siquiera los miembros de la magistratura van a considerar estos casos desde el nivel jurídico? ¿Acaso los periodistas no llegan a entender que una cosa es la creencia personal y otra, no siempre coincidente, la realidad jurídica? ¿No hay quien haga entender a las víctimas y al ciudadano de a pie que una cosa es la emoción y otra diferente la razón, que no se puede legislar a golpe de talón ni de impulso primario?
La sentencia de legalización de un partido se puede y se debe discutir desde el plano jurídico e incluso filosófico o lingüístico, es decir, siempre desde un punto de vista técnico. De otra manera, estaremos devaluando y alejando de nosotros cualquier atisbo de razón que nos quede. Del mismo modo estaremos ayudando a crear un ambiente negativo y hasta peligroso para la convivencia y para el desarrollo general de la comunidad.
Nadie está obligado a mirar a la cara a estos individuos del mundo denominado BILDU, mucho menos a compartir sus ideas ni sus actuaciones (conmigo al menos que no cuenten para nada). Pero sí a defender sus derechos como seres humanos. Y algo más importante, a intentar atraerlos a la convivencia en lugar de deshacerse de ellos en actitud que desde luego es escasamente humana y sí muy alejada de esa capa moral y religiosa que dicen defender muchos de los que sencillamente quieren su exterminio.
Este país necesita mucha mesa camilla, mucha serenidad, mucha reflexión, mucho temple y, como resumen, mucho sentido común. No podemos seguir gastando casi todas las energías en un solo asunto. Llevamos tanto tiempo en ello que todo nos coge casi agotados. Tal vez un último esfuerzo merezca la pena.
martes, 10 de mayo de 2011
DEMOCRACIA ÉTICA
Es casi media noche y acabo de venir del Buen Pastor. Junta larguísima, como cada mes, y charla posterior en torno de una mesa bien abastada. Los residentes dormían en sus respectivas habitaciones. Ni un solo ruido exterior a la sala de juntas. Noche estrellada y temperatura agradable. La primavera reina en su esplendor. Atrás un buen fin de semana con mi familia (sábado) y con mis amigos en Monfragüe (domingo). El mundo anda desparramado y sigiloso en el entorno. Cada uno andará a lo que haya que hacer.
Sigue la música de fondo de las elecciones y no sé muy bien en qué tono se manifiestan los participantes y los aspirantes a representar a los demás. Escribo a representar y lo hago con conciencia pues, en su lugar, podía haber escrito liderar y no lo he hecho. Seguramente porque las concepciones de la vida pública a las que apuntan son totalmente distintas.
Continúo dándole vueltas al significado de esas participaciones y no lo tengo del todo claro. Siempre he pensado que el esquema debería ser más o menos este: existencia de algunas ideas organizadas, pensamiento de que esas ideas son de lo menos malo para una feliz convivencia entre los ciudadanos de una comunidad, exposición de esas ideas, predisposición a ayudar desde esa concepción aunque individualmente cueste tiempo y esfuerzo, y sometimiento a la voluntad de los electores, de tal manera que, si no es aceptada la propuesta, no pasa nada, sencillamente queda ahí en reserva por si en alguna ocasión sirviera. Y nada de gente compungida cuando se pierde, que, entre otras cosas, se libera uno de tiempo y de preocupaciones.
No estoy demasiado seguro de que este sistema funcione en la práctica, entre otras cosas porque eso significaría que se actuaría por los principios, por la ética, y no por el vencedor y por el vencido, por unos esquemas de ideas (ideologías) y no por la inercia de la victoria y la derrota.
Para ello necesitamos partidos basados en la ética, pensadores de sensatez y de sentido común, líderes, ahora sí, de las costumbres y de la honradez. Y no es fácil que el elector se encuentre a gusto en los modelos que se le presentan. Nos fallan por todas partes referentes de verdades generales, de principios que abarquen a todos los seres humanos por el hecho de serlo. Los residuos que uno parece intuir que quedan se hallan proscritos socialmente y refugiados o en el extrarradio del sistema o en partidos de izquierda en los que no cuentan demasiado. Tal vez por ello el votante medio se sienta perdido y confuso, sin saber qué palillo tocar ni en quién confiar. Ya no es tiempo de refugios religiosos, aunque buenos y cizañosos brotes se pueden observar, y los refugios sustitutorios, si no se hallan en la ética, se diluyen en los sistemas comerciales y publicitarios.
Si un votante quiere hacer recuento de lo que ha visto en los últimos cuatro años, tal vez se le vaya el resumen en enfrentamientos que poco tienen que ver con las ideas y sí mucho con los rifirrafes personales de sus representantes. Los medios de comunicación ponen el campo, establecen las reglas, seleccionan los tiempos, arbitran los partidos, determinan los vencedores y vencidos…, y los representantes se someten a su veredicto, con el único ánimo de que sus figuras individuales se mantengan a flote y puedan permanecer en el partido.
Y unos cuantos idealistas pensando todavía en las utopías, en los valores éticos y en su defensa, en la necesidad de ensalzar aquello que abarque a todos y que pueda ser modificado por todos. Qué pesados. Benditos pesados.
Sigue la música de fondo de las elecciones y no sé muy bien en qué tono se manifiestan los participantes y los aspirantes a representar a los demás. Escribo a representar y lo hago con conciencia pues, en su lugar, podía haber escrito liderar y no lo he hecho. Seguramente porque las concepciones de la vida pública a las que apuntan son totalmente distintas.
Continúo dándole vueltas al significado de esas participaciones y no lo tengo del todo claro. Siempre he pensado que el esquema debería ser más o menos este: existencia de algunas ideas organizadas, pensamiento de que esas ideas son de lo menos malo para una feliz convivencia entre los ciudadanos de una comunidad, exposición de esas ideas, predisposición a ayudar desde esa concepción aunque individualmente cueste tiempo y esfuerzo, y sometimiento a la voluntad de los electores, de tal manera que, si no es aceptada la propuesta, no pasa nada, sencillamente queda ahí en reserva por si en alguna ocasión sirviera. Y nada de gente compungida cuando se pierde, que, entre otras cosas, se libera uno de tiempo y de preocupaciones.
No estoy demasiado seguro de que este sistema funcione en la práctica, entre otras cosas porque eso significaría que se actuaría por los principios, por la ética, y no por el vencedor y por el vencido, por unos esquemas de ideas (ideologías) y no por la inercia de la victoria y la derrota.
Para ello necesitamos partidos basados en la ética, pensadores de sensatez y de sentido común, líderes, ahora sí, de las costumbres y de la honradez. Y no es fácil que el elector se encuentre a gusto en los modelos que se le presentan. Nos fallan por todas partes referentes de verdades generales, de principios que abarquen a todos los seres humanos por el hecho de serlo. Los residuos que uno parece intuir que quedan se hallan proscritos socialmente y refugiados o en el extrarradio del sistema o en partidos de izquierda en los que no cuentan demasiado. Tal vez por ello el votante medio se sienta perdido y confuso, sin saber qué palillo tocar ni en quién confiar. Ya no es tiempo de refugios religiosos, aunque buenos y cizañosos brotes se pueden observar, y los refugios sustitutorios, si no se hallan en la ética, se diluyen en los sistemas comerciales y publicitarios.
Si un votante quiere hacer recuento de lo que ha visto en los últimos cuatro años, tal vez se le vaya el resumen en enfrentamientos que poco tienen que ver con las ideas y sí mucho con los rifirrafes personales de sus representantes. Los medios de comunicación ponen el campo, establecen las reglas, seleccionan los tiempos, arbitran los partidos, determinan los vencedores y vencidos…, y los representantes se someten a su veredicto, con el único ánimo de que sus figuras individuales se mantengan a flote y puedan permanecer en el partido.
Y unos cuantos idealistas pensando todavía en las utopías, en los valores éticos y en su defensa, en la necesidad de ensalzar aquello que abarque a todos y que pueda ser modificado por todos. Qué pesados. Benditos pesados.
viernes, 6 de mayo de 2011
PESAOS
Primer día de campaña de elecciones municipales y autonómicas. En alguna ocasión he dejado negro sobre blanco un diario de campaña. Esta vez no lo haré. Estoy mucho más apartado que otras veces de todo y mis ocupaciones no me dejan seguir muy de cerca todos los detalles. Apenas he participado en alguna indicación que me han pedido para un programa y poco más.
Pero nada indica que no me siga preocupando todo lo que por ahí sucede. Y ocurren muchas cosas. Mucho del pescado parece ya vendido. Al menos es lo que pronostican las encuestas. Con la coartada última del asunto BILDU, supongo que los medios de derechas -léase todos- se van a forrar con aparentes razonamientos y darán la puntilla en más de un lugar. Que sea lo que tenga que ser y que todo sirva de lección para todos. Si al menos de aquí saliera alguna reflexión serena acerca de cómo plantear el socialismo en los tiempos que nos toca vivir, no sería poca lección. Si apartáramos de las listas a todos los “arrecogíos” en ellas como “gente del partido” y a sufraguistas de la causa con tal de no bajarse de las apariencias y del sueldo. Si volviéramos a plantear alguna vez la primacía de las ideas y la discusión de las mismas, si volviéramos a colocar en los puestos clave a los más preparados y de mirada más alta y colectiva… tal vez algo cambiaría para bien y, sobre todo, para más duradero. Tal vez sea pedir peras al olmo, y no es precisamente tiempo de ello.
Esta mañana oía en una radio al candidato del PP en Béjar estas palabras: “A ver si nos dejamos de ideologías, esos pájaros que nos llenan la cabeza”. No confío precisamente demasiado en la capacidad intelectual de ese candidato, pero puede ser el próximo alcalde de mi pueblo, de esta ciudad estrecha; y esto convierte todo en algo grave. Ya se ve con qué bagaje viene el.., dejemos el calificativo en candidato. Por desgracia, esta misma idea se viene repitiendo por todos los lugares y fechas, y se va a intensificar su repetición hasta la náusea estos días. La proclamarán los políticos, harán soflama de ella muchos periodistas, será voz y eco en cada rincón del país y casi todos terminaremos pensando que acaso encierre alguna verdad importante. Qué pena.
Ya se ve, al fondo del mar las ideologías, a la fosa las ideas, al ostracismo con las personas que las propongan. Y a la silla los que las desprecien, al mando los que piensen únicamente en lo que vaya deparando cada día, los que dan a todo paso y repiten el eco de “usted tire ´palante´ que luego ya veremos”. Y, para mayor desgracia, este mismo mantra lo oiremos en boca de gente de izquierda, sobre todo si ya está gobernando y mira antes que nada al asunto numérico de los votos.
Este es el caldo de cultivo que sigo viendo en estos días de vocerío electoral. Mantener este caldo de cultivo, en momentos en los que los números no salen en el final de la cuenta, es muy sencillo y para ello ya están los medios, para acotar la realidad a esquemas y a variables aritméticas y para hacer creer que todo lo que no son cuentas son cuentos. Como si la vida de una comunidad se pudiera resumir en cuatro números manipulados y sin explicación de sus causas y de sus consecuencias.
De momento pintan bastos para algunos. Que sea lo que tenga que ser. Si no hay gente dispuesta a razonar sobre las ideas de ciudad y de región, o sobre los modelos sociales, o sea, sobre ideologías, por favor, que no den muchas voces, que no molesten y que me dejen tranquilo cuando salgo por la calle o cuando abro el canal de los medios de comunicación. ´Pesaos´.
Pero nada indica que no me siga preocupando todo lo que por ahí sucede. Y ocurren muchas cosas. Mucho del pescado parece ya vendido. Al menos es lo que pronostican las encuestas. Con la coartada última del asunto BILDU, supongo que los medios de derechas -léase todos- se van a forrar con aparentes razonamientos y darán la puntilla en más de un lugar. Que sea lo que tenga que ser y que todo sirva de lección para todos. Si al menos de aquí saliera alguna reflexión serena acerca de cómo plantear el socialismo en los tiempos que nos toca vivir, no sería poca lección. Si apartáramos de las listas a todos los “arrecogíos” en ellas como “gente del partido” y a sufraguistas de la causa con tal de no bajarse de las apariencias y del sueldo. Si volviéramos a plantear alguna vez la primacía de las ideas y la discusión de las mismas, si volviéramos a colocar en los puestos clave a los más preparados y de mirada más alta y colectiva… tal vez algo cambiaría para bien y, sobre todo, para más duradero. Tal vez sea pedir peras al olmo, y no es precisamente tiempo de ello.
Esta mañana oía en una radio al candidato del PP en Béjar estas palabras: “A ver si nos dejamos de ideologías, esos pájaros que nos llenan la cabeza”. No confío precisamente demasiado en la capacidad intelectual de ese candidato, pero puede ser el próximo alcalde de mi pueblo, de esta ciudad estrecha; y esto convierte todo en algo grave. Ya se ve con qué bagaje viene el.., dejemos el calificativo en candidato. Por desgracia, esta misma idea se viene repitiendo por todos los lugares y fechas, y se va a intensificar su repetición hasta la náusea estos días. La proclamarán los políticos, harán soflama de ella muchos periodistas, será voz y eco en cada rincón del país y casi todos terminaremos pensando que acaso encierre alguna verdad importante. Qué pena.
Ya se ve, al fondo del mar las ideologías, a la fosa las ideas, al ostracismo con las personas que las propongan. Y a la silla los que las desprecien, al mando los que piensen únicamente en lo que vaya deparando cada día, los que dan a todo paso y repiten el eco de “usted tire ´palante´ que luego ya veremos”. Y, para mayor desgracia, este mismo mantra lo oiremos en boca de gente de izquierda, sobre todo si ya está gobernando y mira antes que nada al asunto numérico de los votos.
Este es el caldo de cultivo que sigo viendo en estos días de vocerío electoral. Mantener este caldo de cultivo, en momentos en los que los números no salen en el final de la cuenta, es muy sencillo y para ello ya están los medios, para acotar la realidad a esquemas y a variables aritméticas y para hacer creer que todo lo que no son cuentas son cuentos. Como si la vida de una comunidad se pudiera resumir en cuatro números manipulados y sin explicación de sus causas y de sus consecuencias.
De momento pintan bastos para algunos. Que sea lo que tenga que ser. Si no hay gente dispuesta a razonar sobre las ideas de ciudad y de región, o sobre los modelos sociales, o sea, sobre ideologías, por favor, que no den muchas voces, que no molesten y que me dejen tranquilo cuando salgo por la calle o cuando abro el canal de los medios de comunicación. ´Pesaos´.
martes, 3 de mayo de 2011
DE MIS ÚLTIMAS LECTURAS
.- Superbird; Brian Tomlinson (Prosa) 2011-01-5 MY FIRST BOOK IN ENGLISH
.- Metamorfosis; Ovidio (Adaptación) 01/ 11 Rel.
.- El cementerio de Praga; Umberto Eco (Novela) 01/17.
.- La religiosa; Diderot (Novela) 1/22.
.- Historias con historia; Víctor Botas (Poesía) 01/24.
.- España invertebrada; Ortega y Gasset (Ensayo) 01/28.
.- La deshumanización del arte; Ortega y Gasset (Ensayo) 01/30.
………………………………………………………………………………………………………………
.- El valle del Ambroz; Luis F. Sáenz de Miera (Poesía) 02/6.
.- Casino Obrero de Béjar; José María Hernández Díaz 02/8.
.- Del sentimiento trágico de la vida; Miguel de Unamuno (Ensayo) 2-24 Rel.
.- Diarios miedos; Marino González (Relatos) 2-27.
.-Baphomet; Jesús García Castrillo (Novela en pruebas) 03/7.
.- El príncipe que leía el tarot… (Novela mecanografiada) Reynaldo Lugo 03/14.
.- A qué llamamos España; Pedro Laín Entralgo (Ensayo) 03/ 18.
.- La puente de Mantible; Calderón (Teatro) 03/21.
.- El criterio; Jaime Balmes (Ensayo) 04/06.
.- Indignaos; Stephan Hessell (Ensayo) 04/010.
.- Ropa de calle; García Montero/J.L. Morante (Poesía) 04/14.
.- Hacia un saber sobre el alma; Mª Zambrano (Ensayo) 04/18.
.- La incomunicación; Carlos Castilla del Pino; (Ensayo) 04/22.
.- Basura; Ben Clark; (Poesía) 04/24.
.- Al oeste de Varsovia ; José Ángel Cilleruelo (novela) 04/25.
.- Metamorfosis; Ovidio (Adaptación) 01/ 11 Rel.
.- El cementerio de Praga; Umberto Eco (Novela) 01/17.
.- La religiosa; Diderot (Novela) 1/22.
.- Historias con historia; Víctor Botas (Poesía) 01/24.
.- España invertebrada; Ortega y Gasset (Ensayo) 01/28.
.- La deshumanización del arte; Ortega y Gasset (Ensayo) 01/30.
………………………………………………………………………………………………………………
.- El valle del Ambroz; Luis F. Sáenz de Miera (Poesía) 02/6.
.- Casino Obrero de Béjar; José María Hernández Díaz 02/8.
.- Del sentimiento trágico de la vida; Miguel de Unamuno (Ensayo) 2-24 Rel.
.- Diarios miedos; Marino González (Relatos) 2-27.
.-Baphomet; Jesús García Castrillo (Novela en pruebas) 03/7.
.- El príncipe que leía el tarot… (Novela mecanografiada) Reynaldo Lugo 03/14.
.- A qué llamamos España; Pedro Laín Entralgo (Ensayo) 03/ 18.
.- La puente de Mantible; Calderón (Teatro) 03/21.
.- El criterio; Jaime Balmes (Ensayo) 04/06.
.- Indignaos; Stephan Hessell (Ensayo) 04/010.
.- Ropa de calle; García Montero/J.L. Morante (Poesía) 04/14.
.- Hacia un saber sobre el alma; Mª Zambrano (Ensayo) 04/18.
.- La incomunicación; Carlos Castilla del Pino; (Ensayo) 04/22.
.- Basura; Ben Clark; (Poesía) 04/24.
.- Al oeste de Varsovia ; José Ángel Cilleruelo (novela) 04/25.
domingo, 1 de mayo de 2011
DIEZ VECES POR QUÉ
Entre ayer y hoy, mi mente se ha visto atacada por algunas preguntas. A veces se me muestran en formulación completa, a veces les agrego algún complemento, a veces les cambio la clasificación por la actitud que yo como oyente muestro ante ellas, a veces las dejo pasar como aves que vuelan tal vez emigrando a no se sabe dónde.
He aquí algunas:
¿Por qué si yo voy a 113 kilómetros por hora -ya por encima de la velocidad permitida- durante cuarenta minutos no adelanto más que a tres camiones contados y a mí me adelantan centenares de vehículos?
¿Por qué si quiero tener una reunión familiar -y eso siempre lo quiero- tengo que darles a ganar a los restaurantes una pasta gansa que no me añade ninguna ventaja?
¿Por qué los centros comerciales me resultan cada día más odiosos y me refuerzan la convicción de la inmensa locura en la que está instalado este sistema?
¿Por qué se promocionan costumbres en algunos lugares que nada tienen que ver con los productos de la zona y que, sin embargo, parecen representar las esencias de cada lugar?
¿Por qué las manifestaciones del Primero de Mayo están cada vez menos concurridas?
¿Por qué la beatificación de un Papa absolutamente conservador y retrógrado convoca a centenares de miles de personas en otro botellón místico espectacular?
¿Por qué los representantes de medio mundo pierden el paso con tal de acudir a ciertos lugares de repercusión pública especial si después reniegan de lo que en esos lugares se cuece?
¿Por qué mi madre -a las que hoy recuerdo con especial cariño- sigue ocupando un lugar especialísimo en mis días?
¿Por qué hay candidaturas que se presentan a las elecciones no con ánimo de ganar y de aportar ayuda sino con el deseo de molestar lo más posible y de sacar tajada personal e inmediata?
¿Por qué las madres y abuelas que viven en el Buen Pastor no pasan el día de la Madre como todas las demás?
Me parece que tengo para examen de junio y de setiembre con este decálogo. Empezamos bien mayo.
He aquí algunas:
¿Por qué si yo voy a 113 kilómetros por hora -ya por encima de la velocidad permitida- durante cuarenta minutos no adelanto más que a tres camiones contados y a mí me adelantan centenares de vehículos?
¿Por qué si quiero tener una reunión familiar -y eso siempre lo quiero- tengo que darles a ganar a los restaurantes una pasta gansa que no me añade ninguna ventaja?
¿Por qué los centros comerciales me resultan cada día más odiosos y me refuerzan la convicción de la inmensa locura en la que está instalado este sistema?
¿Por qué se promocionan costumbres en algunos lugares que nada tienen que ver con los productos de la zona y que, sin embargo, parecen representar las esencias de cada lugar?
¿Por qué las manifestaciones del Primero de Mayo están cada vez menos concurridas?
¿Por qué la beatificación de un Papa absolutamente conservador y retrógrado convoca a centenares de miles de personas en otro botellón místico espectacular?
¿Por qué los representantes de medio mundo pierden el paso con tal de acudir a ciertos lugares de repercusión pública especial si después reniegan de lo que en esos lugares se cuece?
¿Por qué mi madre -a las que hoy recuerdo con especial cariño- sigue ocupando un lugar especialísimo en mis días?
¿Por qué hay candidaturas que se presentan a las elecciones no con ánimo de ganar y de aportar ayuda sino con el deseo de molestar lo más posible y de sacar tajada personal e inmediata?
¿Por qué las madres y abuelas que viven en el Buen Pastor no pasan el día de la Madre como todas las demás?
Me parece que tengo para examen de junio y de setiembre con este decálogo. Empezamos bien mayo.
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